La Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió que los saludos no sean con los codos para evitar romper con el distanciamiento social y sugirió que se puede hacer poniéndose una mano en el corazón, de lejos.
Las idas y vueltas en cuanto a las recomendaciones se ampliaron con el correr de los meses: en ese limbo quedó la actividad física, si el virus se transmite a través de los objetos, si permanece suspendido en el aire. Y ahora, cuando ya nos habíamos acostumbrados al choque de codos como saludo, una nueva directriz lo cambia todo. Si los besos y los abrazos estaban vedados desde el principio, ahora se suma a esa lista de prohibiciones el choque de codo, de pies y de puños.
¿Cómo es el nuevo saludo propuesto por la OMS ahora?
Según el director general de la OMS, se debe evitar el choque de codos. «Al saludar a las personas es mejor evitar golpes en el codo porque te sitúan a menos de un metro de la otra persona», explicó.
«El chocar de codos que tanto estamos viendo es, en mi opinión personal, un saludo de cierto mal gusto, poco higiénico y que, además, no cumple con la normativa actual que hay en España sobre el distanciamiento social obligatorio», explicó Carlos Fuente Lafuente, director del Centro de Formación de Protocolo, Isemco y exjefe de Protocolo de la Fundación Princesa de Asturias.
Si con los codos no, con los puños menos. Este saludo es popular entre los políticos latinoamericanos. El presidente argentino Alberto Fernández, lo utiliza muy seguido. Y los deportistas también lo hicieron propio. Sin embargo tampoco es recomendable, porque para llegar a unirse en un saludo de puños las personas también deben acercarse, quebrando el cerco de 1,5 metros recomendado para no contagiarse ni contagiar. Queda el de pies, bautizado en las redes como el «Wuhan Shake», por la ciudad donde se originó el virus. Pero volvemos a lo mismo: las piernas pueden no ser tan largas como para distanciar a las dos personas. Entonces, ¿cómo saludarse en tiempos de pandemia? Tedros Adhanom Ghebreyesus recomienda usar un saludo sin contacto, como poner la mano sobre el corazón, desde una distancia de separación de al menos un metro.