Estamos asignando más reservas para contener al dólar». Con esta frase el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, resumió el espíritu de las medidas que anunció esta tarde.

Minutos más tarde, la confirmó el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, a través de un comunicado: «Las decisiones adoptadas priorizan el uso de las reservas internacionales para preservar la estabilidad monetaria y financiera, aun cuando ello implique postergar el pago a los grandes inversores de deuda pública».
El texto aclara también que el Banco Central «continuará utilizando una política monetaria restrictiva y las intervenciones cambiarias como instrumentos centrales para moderar la volatilidad nominal» y que «seguirá haciendo todo lo que esté a nuestro alcance para contener la volatilidad nominal y garantizar en forma sostenible la estabilidad del sistema financiero».
Sobre el impacto de las medidas, el comunicado del Banco Central dice que «esta decisión debería aminorar la presión sobre el mercado cambiario, reduciendo la eventual demanda de moneda extranjera y garantizando la disponibilidad de recursos para acotar la volatilidad».
Y explica las medidas anunciadas evitan tres errores que se han cometido en otros casos de súbita interrupción del acceso al mercado de crédito. «El primer error habitual es intentar ganar tiempo estimulando artificialmente al sistema bancario para tomar más deuda pública», dice, y añade que la Argentina «tiene un sistema bancario líquido, solvente, sin descalce de monedas y con baja exposición al sector público» y que «el problema en el financiamiento público de corto plazo no debe contaminarlo».
«Otro error es hacer un uso imprudente de las reservas internacionales del Banco Central para atender los pagos de deuda pública. Este camino limitaría las herramientas del Banco Central para garantizar la estabilidad monetaria».
«El último de los errores usuales es imprimir pesos para hacer frente a las necesidades de financiamiento en moneda local. Aumentar la base monetaria por encima de lo demandado por el público lleva, en definitiva, a mayor inflación y presión cambiaria», completa el texto.
Para destinar más reservas a contener el tipo de cambio, Lacunza anunció que se va a reperfilar la deuda, es decir, se van a extender los vencimientos para las personas jurídicas que tienen Letes, Lecaps, Lecer y Lelinks, que es deuda de corto plazo, que se pagará el 15% al día del vencimiento, 25% a los tres meses y 60% a los seis meses. Cada título devengará su tasa correspondiente hasta la fecha de pago. En el caso de las Lecap que venzan a partir de 2020, solo se extenderán tres meses de plazo.
Las personas humanas no se verán afectadas, toda vez que el monto que acrediten en la cuenta comitente a la fecha de vencimientos sea igual o menor al monto registrado en la misma cuenta el 31 de julio de 2019. «Las personas humanas cobrarán en tiempo y forma», aclaró Lacunza.
El ministro de Hacienda también anunció propuso al FMI «iniciar el diálogo, que inexorablemente deberá concluir en el próximo mandato, para reperfilar los vencimientos de deuda» que el país tiene con ese organismo internacional.

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