Alejandro Werner y Roberto Cardarelli, los dos principales funcionarios para la Argentina del Fondo Monetario Internacional (FMI), regresarán a Washington tras una visita turbulenta que dejó varios interrogantes y temas pendientes, y solo una señal formal de apoyo: mantener el «estrecho contacto» con el Gobierno, y seguir «al lado de la Argentina en estos momentos desafiantes».

Pocos minutos después de que el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, anunciara que buscarán reperfilar la deuda y abrir un diálogo con el Fondo para modificar la devolución del préstamo vigente por US$ 56.300 millones, el vocero Principal del Fondo, Gerry Rice, emitió un comunicado signado por la cautela, en el que indicó que el staff «está en proceso» de analizar las medidas, y evaluar su impacto.
«El staff entiende que las autoridades han tomado estos pasos importantes para hacer frente a las necesidades de liquidez y para salvaguardar las reservas», indicó Rice. «El staff permanecerá en estrecho contacto con las autoridades en el período adelante y el Fondo seguirá al lado de la Argentina en estos momentos desafiantes», cerró.
Así, la misión del FMI que llegó para «analizar» el impacto de las primarias presidenciales sobre la economía y el programa y los planes del gobierno nacional se fue de la Argentina con nuevas medidas para evaluar, y sin brindar certeza alguna sobre qué ocurrirá con la revisión pendiente del acuerdo stand-by, de la cual depende el próximo giro de US$ 5400 millones, que se ha convertido en un desembolso crucial para la estabilidad de la economía en la recta final a la elección presidencial y el 10 de diciembre.
My statement today on #Argentina: https://t.co/TaAZhlotzC

— Gerry Rice (@IMFSpokesperson) 28 de agosto de 2019

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