«Remarcar precios para alcanzar el dólar es un horror, no somos buenas personas, hay que acompañar lo que está pasando de la mejor manera posible, con el corazón y la inteligencia de entender que si no salimos todos, no sale nadie». Con esa frase lapidaria sobre el sector privado argentino, Cris Morena, definió su postura sobre la coyuntura en su participación en el Summit de Recursos Humanos de LA NACION.

También habló del rol del Gobierno en tiempos de crisis. «La respuesta, en general, no viene de afuera. [Muchos dicen] que el Gobierno tiene que hacer todo, y no, no va a hacer nada. No puede tener las soluciones para nuestros problemas», comenzó, en diálogo con José Del Rio, secretario general de Redacción de LA NACION. Y siguió: «Tiene que ocuparse de ciertos temas de management, de los que a veces se ocupa y a veces no, y tiene que ser recto y noble, pero evidentemente no hemos llegado al nivel de nobleza para tener gente que nos represente a ese nivel».
Aunque con un tono un tanto críptico, adelantó que está gestando un proyecto educativo en el que los chicos van a aprender con libertad. «El contexto no es amigable, pero es imprescindible tener un espacio para que los chicos descubran sus dones y se potencien. ‘¿Justo en este país?’, me preguntan. Y a veces la luz está en el lugar más oscuro», dijo, y levantó los aplausos del público.
Explicó que ella tiene una parte de sus costos en dólares, y que algunos de sus proveedores quieren sentarse a hablar, pero otros «piensan vetustamente en su dólar». Detalló que ella no quiere pensar en eso: «Los pongo y que sea lo que Dios quiera», resaltó.
Luego, siguió hablando de la coyuntura: «Nos mata, como a todos, nos pega», describió. Recordó lo que sucedió en la Argentina en 2001, y dijo que fue en ese momento en el que pudo realizar proyectos en Israel y en México, las reversiones de la tira Rebelde Way, que finalmente terminaron siendo un éxito televisivo y en plataformas de streaming.

«El futuro es todo»

Sobre la educación, un tema que le interesa particularmente, señaló que «tener chicos ocho horas en el colegio es un crimen». Dijo que el sistema está pensado como hace 200 años, con un formato de «obrero que necesita ser instruido y manejado». Señaló como un punto ridículo de ese modelo que los chicos tengan que pedir permiso para ir al baño, porque no es algo que suceda en el mundo adulto. «Tenemos que tratarlos como nos tratamos entre nosotros», apuntó.
Explicó que ella no cree en la palabra «esfuerzo» y que prefiere decir «entusiasmo». Para que ese entusiasmo suceda, tiene que haber seres que motiven, que acompañen y que desarrollen a las personas. «Lo primero en mi nuevo proyecto es cambiar el glosario, porque eso cambia la cabeza -añadió-. En vez de decir ‘alumno’ decimos ‘artista’, porque es aquel que es artífice de su destino».
Para terminar, Morena dejó dos definiciones sobre el dolor y el futuro. «El dolor se atraviesa cada vez que te viene. Las emociones tienen explicación, en cambio, el sentimiento no tiene explicación, simplemente te toma», resaltó.
«El futuro es todo», siguió. «El pasado fue y en el presente estamos. Todo lo que se viene es tan increíble que a mí me parece espectacular estar viva. Siempre estamos mejor que antes: revisen la historia», cerró.

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