Sin imaginarlo, el escritor estadounidense Dean R. Koontz se convirtió en un “profeta involuntario” de la epidemia para los internautas.

En una obra publicada en 1981, Dean R. Koontz relató en su novela Los ojos de la oscuridad, la irrupción en el mundo de un arma biológica denominada “virus Wuhan-400”. Pero sí la relación del título de su obra con el lugar donde se originó el brote no es suficiente para asombrar, hay un dato más: todo ocurrió en el siglo XXI, concretamente “alrededor del año 2020”.

The Eyes of Darkness, como se titula el libro en inglés, presenta un laboratorio militar chino en Wuhan que crea un virus como arma biológica; los civiles pronto se enferman después de contraerlo accidentalmente.

En la novela, el laboratorio militar que creó el virus está ubicado en Wuhan, que le da su nombre, Wuhan-400. En las redes sociales no tardaron en preguntarse si es una profecía involuntaria.

La historia de Koontz cuenta la desesperada búsqueda de una madre afligida, Christina Evans. La mujer intenta descubrir si su hijo Danny murió en un viaje de campamento o si, como sugieren los mensajes sospechosos, todavía está vivo.

Tras varias escenas, finalmente ella lo rastrea en una instalación militar donde está detenido después de haber sido contaminado accidentalmente con microorganismos creados en el centro de investigación en Wuhan.

En en el libro se especifica que el Wuhan-400 fue desarrollado en el laboratorio RDNA a las afueras de la ciudad de Wuhan.

Extraña coincidencia: el Instituto de Virología de Wuhan, que alberga el único laboratorio de bioseguridad de nivel cuatro de China, la clasificación más alta de laboratorios que estudian los virus más mortales, está a solo 32 km del epicentro del brote actual de coronavirus.

Teoría desacreditada
A principios de febrero, una teoría conspirativa se viralizó a través de Internet: De acuerdo con ésta, el llamado Covid-19 fue creado en un laboratorio de armas químicas de Wuhan, la ciudad de China donde comenzó el brote epidémico. Los especialistas salieron a desmentirla. “No existen indicios de que se trate de un virus diseñado», apuntaron.

Uno de los diarios que fomentó la mencionada teoría fue el estadounidense Washington Times, que recogió el testimonio de un exoficial de inteligencia israelí según el cual Wuhan esconde un laboratorio para crear armas químicas mortales.

Días atrás, el británico Daily Mail también había vinculado la aparición del virus con el Wuhan National Biosafety Laboratory, una hipótesis que basó en algunas fallas de seguridad que la institución tuvo en el pasado.

Sin embargo, lo cierto es que si bien dicho establecimiento existe y es el único sitio declarado en China capaz de trabajar con virus mortales, no hay pruebas de que esa sea la fachada de un programa de armamento biológico.

En declaraciones al Washington Post, miembros de la comunidad científica estadounidense desmintieron la teoría conspirativa.

«Según el genoma y las propiedades del Covid-19, no existen indicios de que se trate de un virus diseñado por el hombre», afirmó Richard Ebright, profesor de biología química en la Universidad Rutgers.

Fuente: tn.com.ar

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