En la noche del sábado, Gladis Quevedo – 86 – jubilada cuya vivienda se ubica en prolongación Av. San Martin esquina 2 de abril, de la ciudad de Villa Ocampo fue brutalmente golpeada por quien permanece aún anónimo. Le quitaron el reloj de su muñeca, la dejaron tirada en un charco de sangre y la policía exige el certificado médico para tomarle la denuncia.


El rostro casi desfigurado de Gladis Quevedo quedó en un charco de sangre en su propia casa cuando puso reponerse de la golpiza que le propinara un sujeto del que aún no se sabe su identidad. Habría entrado el sábado en la noche entre las 21: y 22:00 horas para quitarle el reloj que siempre lleva la octogenaria mientras se alimentaba tomando un yogurt, ingesta nocturna con la que usualmente se alimenta la abuela. Pudo pedir ayuda a los vecinos, quienes se comunicaron con sus familiares y fue atendida en la clínica de Villa Ocampo. Gladis, no puede recordar quien la golpeo, debido a que los golpes le provocaron amnesia temporal.

Una de sus hijas se acercó a la comisaría IV de la localidad y le exigieron el parte médico para tomarle la denuncia. Aunque se realizaron las diligencias oportunas del caso, la policía no tiene aún la denuncia formal conforme a instruir una investigación que pudiera dilucidar el o los responsables del sangriento agresivo hecho que le pudo haber costado la vida a la abuela de 86 años.

Según información recabada por este medio, un vecino de la localidad se acercó días a tras a ofrecer un servicio de fumigación al que Gladis no accedió y luego pidió agua que la abuela se lo acercó en un vaso; según la propia abuela el sujeto “no tomó el agua”. Lo que aventa sospechas de que tenía intenciones de ingresar a la casa con decisiones aviesas y non santas. No obstante, Quevedo recuerda los hechos previos y posteriores al suceso pero no logra imprimir con claridad quien ingresó a su vivienda, la golpeo y le quitó el reloj de muñeca que siempre lleva con ella. El reloj es dorado y facilita la idea de que la maya es de oro. No se registro otro faltante en la casa, salvo el reloj de pulsera de la abuela que habría sido preguntado por el único sujeto hasta ahora sospechoso del hecho.

Fuente: NorteObligado.com

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